Rutina...

Y van pasando los días, con la rutina de siempre. Hasta que el día menos pensado, Plas!, llegue el fin de mis estudios y pueda trabajar para sumirme en otra nueva rutina...y esa ya sí que no se acabara hasta que no me jubile. Pero almenos, estaré junto a mi amada. Entonces es una rutina que prefiero. Estudiar por mi cuenta y riesgo, a mi ritmo, sin imposiciones. Y disfrutar del tiempo libre junto a mi amada, siempre, sera para mí el mejor de los regalos que este mundo pueda hacerme. Ya tendremos tiempo de aburrirnos en la eternidad de los tiempos en que no estemos aquí.
La clase de flauta me ha ido bien. Poco a poco noto como vuelvo a coger la forma y ahora me noto con más madurez a la hora de tocar. El profesor me dice menos cosas respecto a la musicalidad y vamos algo más hacia la técnica. Puntualiza más en ese sentido, pero para depurar aspectos muy concretos. Ya no es como antes, que era un poco caos, un poco desastroso y demasiada información en una clase. Ahora es detallar sobre una única cuestión, y eso me gusta, me centro más en ese aspecto y veo como, poco a poco, lo solvento, y adelanto diez pasos en una semana (cuando antes esos diez pasos los hacía en un mes). No sé qué me esta pasando, la verdad. Me siento bien. Mis dedos funcionan. Y mis cunseptes (conceptos) musicales también los aplico bien. Estaré inspirada? :-)
Sólo tú me inspiras, amada mía, porque me alimentas con la fuerza de tu mirada, de tu sola existencia, que da sentido a la mía.
Y armonía, cada vez más enrevesada. Pero así me gusta más. Tengo que ponerme a componer ya.
A ver si me inspiro en ese sentido.

Amada mía, envíame más inspiración para que salgan músicas bonitas de mi alma.