Preparativos para la cena

Cuando pase el intensísimo calor de la tarde me pondré a hacer los preparativos de nuestra cena romántico-apoteósica. No sólo vamos a celebrar nuestro año y medio y casi año y 7 meses, sino que además, a mi amada le han dado el primer trimestre del curso que viene como jornada completa y la ha hecho muy feliz. Entre mi trabajo y el suyo este año vamos a estar apoteósicas de dinero. Por fin!

Ayer el concierto fue muy bueno.El lugar, inigualable: un magnífico jardí botánico con un teatro romano.Lo mejor fue cuando, al entrar, nos sentamos en un banco junto a uno de los músicos, que antes de empezar, hablaba por el móvil. Nos hizo mucha gracia ver que el hombre se levantó y comenzó a buscar algo entre la yerba que crece detras de los bancos. Mi amada entendió en el inglés que usaba el músico, que estaba buscando sus gafas, creyendo que se le habían caído. Y nos lo quedamos mirando y al cabo de unos segundos se dió cuenta de que las llevaba puestas. Menudas risas nos pegamos los tres. Era un hombre entrañable de unos 50-60 años y toca el clarinete en Sant Martin in the Fields. Charlamos un rato con él ya que él nos preguntó si éramos músicos. Le explicámos nuestra situación musical en francés, ya que, preguntó si sabíamos hablar inglés o alemán. Madre mía... hombre sabía hablar francés, alemán e inglés...seguramente que también italiano. Le dijimos que hablábamos catalán y el hombre se rió y dijo "Ah!oui, català!" y nos hizo mucha gracia. Después, cuando el concierto empezó, nos volvió a saludar desde un rincón en el que esperaba su turno. La verdad es que se le veía encantador.

Sonó el divertimento k.136 de Mozart, tan querido por mí por ser una de las primeras obras que escuchaba a solas y a oscuras en mi habitación día sí y día también. Luego tocaron Glazunov y fue cuando aprovechamos para dar una vuelta por el parque, en una plácida y calurosa noche, rodeadas de frondosas plantas y árboles, de estanques con ranas y de esa música ensoñadora que todo lo bañaba.
En la segunda parte todo fue Schubert. Un octeto con 7 movimientos que nos dejó maravilladas. Y cuando más sueño teníamos porque ya eran casi la 1 de la madrugada y mi amada tenía que madrugar al día siguiente, más queríamos que aquello no acabara nunca.
Todo un acierto. Inolvidable.

Como la noche de hoy,en la que todo hace pensar que también sera inolvidable. Parece mentira que estemos ya en verano, veranísimo. Cómo pasa el tiempo.

Noche mágica junto a mi amada.