Me voy a correr...digo...a currar

Bueeeeeeeenoooooooooo..por fin puedo decir que voya currar...después de tener la pierna rota y el ánimo por los suelos de verme como Tato, con moto y sin contrato, por fin voy a poder decir que tengo trabajo y contrato. El horario, perfecto. El sitio, bueno...visto lo que hay no puedo quejarme en absoluto. Es en una tienda de animales. Seguro que hay cachorrillos, gatitos hambrientos y temblorosos en busca de un amo que los cuide, pajarillos ofereciendo su mejor canto para que los saquen de allí...me dara un poco de lástima verlos enjaulados, pero los cuidare y les dare muchos mimitos porque me encantan los animales y así, su estancia allí, espero que se les haga más llevadera:). Seguro que, además, hasta me dara lástima que se lleven a alguno de ellos porque les habre cogido cariño, pero es lo mejor para ellos y me pondra contenta el pensar que van a ir a una casa donde esten en mejores condiciones que en una tienda, ya que suelen ser bastante oscuras para que los animales no se exciten demasiado. Pobrecitos.
Ya puedo decir que soy completamente feliz (también me lo ha dicho mi amada esta tarde, tan contenta ella por tan agradable noticia) pues ya tengo salud, amor y dinero.Las dos gozamos de tal armonía, ya era hora.Habra sido el hermoso anillo que me regaló mi amada el sábado pasado?. La perfección existe.
Amada mía, tú has sido la que me ha dado suerte. Lo sé.
Ayer, cambiando de tema, fui a un concierto de un coro húngaro de 50 voces blancas femeninas. El mejor concierto coral que he visto en mi vida. En el repertorio renacentista casi me elevo..os juro que le pedí a Dios en ese momento que me dieran un trabajo, ya que el monasterio, dulcemente golpeado con esas celestiales voces, casi hacían que en ese momento, me conviertiera al cristianismo. Lástima que las misas de hoy en día no sean así. No soy creyente pero creo que ayer Dios me hizo caso. Claro que tendre que firmar el contrato en martes y 13.En martes "ni te cases ni te embarques"...menos mal que no dice nada de contratos. Aunque tampoco soy supersticiosa.
La cuestión es que no sé qué nos ha pasado a mi amada y a mí en estos meses que hemos tenido una gran mala suerte en todos los ámbitos...menos mal que el amor ha tirunfado por encima de todo y así se puede afirmar que es un amor completamente verdadero. A veces creo que desde que le ha dado una cámara de fotos a su ex que, según decía, le pertenecía a ella porque mi amada se la regaló (qué materialismo, por Mozart!) todo empieza a ir mejor. Y eso que ya os digo, no soy supersticiosa, pero a veces me mosquean todas estas coincidencias.
Además, ha sido el primer día de clases de mi amada. Enfrentarse a un centro nuevo, con alumnos nuevos con fama de gamberros pone nerviosa a cualquiera. Pero ha sido un día bueno también para ella. Menos mal. Los primeros de la mañana se han portado divinamente (creo que tanto silencio hasta se le hacía extraño...ya casi que ser profe significa necesidad de ruidos y jaleo..jajaja). En cambio, los de la tarde, según dice, no paran de hablar y le han molestado bastante y ha tenido que llamarles la atención. Esperemos que, por lo menos, sean algo mejores que los antiguos alumnos que tenía. Yo sé que conseguira dominarlos si se pasan, porque su experiencia y sus cojones le bastan para que ello sea así. Así que, desde aquí, aliento a mi amada a que siga con las esperanza de que mantenga la ilusión de que algún día, aunque sea sólo uno de esos niños, aprenda a amar la música con tanta pasión como nosotras.
Estaba yo hablando del coro y se me va el tema...pues bien... fue en un monasterio de una cuidad cercana a la mía...un escenario perfecto para la ocasión.
El empaste de las voces, la compenetración entre las niñas y el director hacían rememorar épocas pasadas de una manera sublime. Entraron cantando desde fuera de la seo, y después, en las diferentes piezas se repartían por todo el recinto y ello creaba un efecto estereofónico e incluso cuadrofónico que sólo estando allí podría describirse como experiencia vital. Al final, salieron tal y como entraron, se fueron cantando y la gente salió. Yo tambiénn... y de repente, se hizo un embudo en la salida y la gente comenzó a pedir silencio. Oh!...el coro se había formado en círculo en la plaza del Monasterio y ofrecieron tres piezas renacentistas más bajo el manto de la noche fresca y estrellada de principios de otoño.Parecían los Huelgas Ensemble cantando Spem in Alium a 40 voces de Thomas Tallis. Estremecedor.
Y con este júbilo absoluto porque por fin la suerte nos sonríe (ya que cuando hablo de mí también hablo de mi amada puesto que las dos somos una) me despido con la alegría de poder dormir esta noche llena de ilusión y esperanzas de un futuro mejor.
Y te soñare, amada mía, como siempre.