Un día sin hacer nada

Por fin un día de esos en el que no hago absolutamente nada. Sólo me mentalizo para el día de mañana y toda la semana hasta el lunes, en los que me voy a pasar cada uno de ellos trabajando a destajo en la campaña de Navidad en la tienda.
Me he levantado bastante cargada del resfriado, pero ahora me encuentro mejor. Espero que mañana ya este aún mejor porque he tenido dolor de cabeza contínuo y bastante dolor de cuerpo y cansancio. He engüerado bastante durante el día, viendo hasta programas de marujeo (quién lo diría!) por el simple hecho de darme el gustazo de no hacer absolutamente nada.
He arreglado los florescentes de la cocina de mi casa porque no enciendían bien. He comprado los cebadores y los dos florescentes y ya funciona perfectamente. Luego he ordenado algunos muebles de la cocina que estaban atestados de cosas inservibles. Al final, con la tontería, sí que he hecho cosas, pero bueno...ha sido divertido hacer de manitas y no me ha costado gran cosa hacer estas tareas.
Por la tarde me ha llamado mi amada, mientras preparaba una pizza (he hablado con ella con el manos libres del inalámbrico) y ha sido la alegría del día, escuchar su voz. Ha tenido un día duro con los alumnos y con algunos profesores que tienen mucho morro y no se presentan en el IES por diversos motivos que excusan y que se sabe perfectamente que no son verdad. Ha tenido que afrontar el Crédito de Síntesis sola y sin los papeles necesarios para trabajar (ya que los tenía el profesor que hace el CS con ella...menudo morro!). Y ha estado todo el día de limpieza.
Hemos hablado sobre lo que haremos en Nochebuena y ya esta todo perfectamente programado (estas profesoras todo el día programando!). La lástima es que ese día estare tan cansadísima de haber trabajado 10 horas seguidas que sera bastante relajadísimo, ya que al día siguiente entro a trabajar a las 8.00h. y acabo a las 21.00h. . Esto toca los días 24 y 25, así que esos dos días sólo vivire para trabajar y dormir porque es durísimo. Se hace una caja de más de un millón y medio de pesetas en el horario de ventas, es decir, en cuestión de 4 horas. Pero claro, el trabajo que hay detras, la preparación de todo para que cuando los clientes vengan y sólo tengan que coger lo que hayan encargado es, sencillamente, una locura total. Te pasas 10 horas corriendo de allí para acá haciendo mil cosas. Es lo que hay. No quiero hablar más de trabajo. Sólo me estoy mentalizando.
Mañana ya veremos a ver.
Y ahora, a soñar con mi amada, a pensar en ella mientras las horas pasan sin pena ni gloria, pero sabiendo que este sábado va a ser tan hermoso que ya me retuerzo de emoción sólo de pensar en que mi amada me tocara el pelo y la espalda.

Gmm, Gmm. Qué placer.