El Nombre de la Rosa

Ayer empecé a leer el libro que años ha, me prometí leer. "El Nombre de la Rosa" de Umberto Eco (pongo el título de los libros entre comillas porque ya no sé cómo poner cursiva en este programa). Lo compré hace unos 7 años en un mercado de libros, antes de que saliera el euro. Me costó unas 20 pesetas, ya que en el sitio donde lo compré se vendían (y creo que siguen vendiéndose) los libros a peso. El kilo de libros costaba cien pesetas. Compré este y otros 4 o 5. la edición es buena, en cartoné, con su punto de libro insertado en forma de una cuerdecilla de una tela azul cielo que tiene un tacto delicioso. No me arrepiento en absoluto por mi compra (y quién se arrepentiría por 20 pesetas del año 1998 aproximadamente?.
Le tenía mucho respeto, pues me habían dicho, ya cuando estaba cursando filosofía en la facultad, que es muy filosófico y cuesta de leer. Oh! me he llevado tal sorpresa, gratísima sorpresa, que estoy henchida de pasión y júbilo por la lectura de esta obra maestra!!!. Menuda diferencia con los imitadores del género como Dan Brown! Qué maravilla es leer un libro hilbanado desde la primera hasta la última palabra. Qué preciosos y precisos diálogos y discusiones entre contrincantes, que citan contínuamente a filósofos por mí conocidos y por conocer!!. Qué trama más bien trabajada y construída, como buena literatura neogótica!!!
No me extraña que gente como los del Código Da Vinci, Enigma Vivaldi etc. hayan tenido éxito: Literatura facilona que, bajo el velo de un tema pseudocientífico-filosófico, hace creer al lector que está descubriendo el mundo. "trata temas superinteresantes, sabes? osea...". Vamos, que si la cultura de hoy en día es esto, me entra la risa floja.

He ido al hospital. Sólo me han hecho la radiografía. La visita al médico para revisarlas y darme día para la operación es la semana que viene. Ahora sí que tengo miedo. Hoy, en cuestión de 20 minutos ya se ha hecho todo. Así que la mañana la he pasado, prácticamente, viajando en autobús, hecho que he aprovechado para seguir con el libro. Estoy completamente enganchada a él. Lo que me he perdido durante estos años. Nunca es tarde. Y además, creo que ahora es el momento perfecto para leerlo.

Hoy, por primera vez en el nuevo año académico-musical, he estudiado flauta, porque ya tengo obras para trabajar (como ayer dije). Soy feliz metida entre notas musicales .
Mañana tengo el día más duro de la semana: Desde las 16 horas hasta las 21 sin para de recibir clases. Primero clave, luego acompañamiento, para después ahcer música de cámara y, por último, historia de la música (el peor profesor que he tenido en años me toca a última hora, para rematar la faena). Todas estas clases, menos la de historia, las hago con el profesor de clave. Una delícia de porfesor, tanto por su sapiencia como por su pedagogía a la hora de transmitir su basto conocimiento de la Música Antiqva.

Y pensando en mi amada, que tan liada esta. Pobre profe que seguro que tiene ya los tímpanos y la garganta rota de tanto crío. Pero como mi niña tiene un par ovarios, allí dónde la véis (es un decir lo de que la véis), se maneja con los niños a las mil maravillas. Y al final, se hace querer. Como buena profe que esta hecha.

A seguir estudiando flauta, como siempre, pensando en mi amada.