Una paz duradera
A estas alturas ya no hay nada que perdonar.
Sólo cabe aprender.
Y ser feliz.
Dedicado a la persona que ha sido mi primer Gran Amor, de la cual aún, y siempre, aprendo.
Sólo cabe aprender.
Y ser feliz.
Dedicado a la persona que ha sido mi primer Gran Amor, de la cual aún, y siempre, aprendo.
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