Amor, Música y Manjares

Como mañana firme el contrato de mi vida, por ahora, pienso pegarme una fiesta este viernes por la noche que va a ser sonada. Pero nada de locuras.
Hoy ha sido un día de lo más provechoso. Esta mañana, mientras éstaba en el lavabo haciendo mis necesidades matinales, me han llamado por teléfono de un colegio público para trabajar dando clases de flauta a los niños. O no me llaman de ningún sitio, o me llaman de diez a la vez. No sé, veremos lo que sucede mañana. Estoy de los nervios con tanta espera. Pero creo que todo saldra bien. Por lo menos, por falta de esfuerzo no sera.
A las 15.45 de la tarde he ido a casa de mi amada, que tan amablemente me ha acompañado a hacer la entrevista laboral pues, si no llega a ser por ella, hoy no llego al Conservatorio. Gracias desde aquí, bella mía. Ha salido bien. Creo que la mejor de todas...aunque me han metido un rollo sobre la filosofía de la empresa que parecía una clase más que una entrevista. Pero bueno, trabajar con manjares me encanta, aunque sea duro. Lo mío es mi amada, la música y los manjares delicatessen (como los productos que hay en la tienda en donde, espero, poder incorporarme). Casi que el blog podría haberse llamado De Amor, Música y Manjares.
El viernes pasado fuimos a ver la charcutería donde se supone que voy a trabjar y sólo de ver el foie y el jamón, me han dado ganas de trabajar, sólo por ensalzar el valor, la belleza y la degustación de estos productos. Es un bien que no hay que dejar escapar nunca. Estuvimos allí, sentadas en un rincón de la tienda donde hay un mini-bar investigando cómo trabajaban y la verdad es que iban bastante a destajo, pero una ya esta acostumbrada a este tipo de estrés laboral. No en vano, ya llevo 7 años trabajando en una tienda de pollos asados y no os quiero explicar lo que es un domingo a las 14.00 horas allí dentro. Nos tomamos un cafelito y vimos a las mujeres allí trabjando, vestidas de uniforme (es que la cosa no es para menos) con chaleco y pajarita. Ya me veo más butch que nunca con ese uniforme. Menos mal que a mi amada le encanta que sea así. Bueno, supongo que le encanto de todas las maneras.
Hoy en el Conservatorio, en la asignatura de armonía, os juro que he disfrutado!. Y mirad que es difícil afirmar algo así de una asignatura que no suele gustar. Pero es que el profesor es, sencillamente, genial. Es un hombre entrañable, de un carácter tranquilísimo, y se explica de maravilla, con una sencillez y una pedagogía que muchos quisieran tener. Un verdadero milagro hoy en día.
Hablando con una compañera de clase (que ha sido una sorpresa enterarme por ella misma que es del mismo equipo que yo, es decir, que entiende de fútbol y mucho...vamos, que entiende) me ha dicho que se ve que este profesor tiene fama de ser el mejor para dar armonía de todo el conservatorio y que todo el mundo lo tiene en gran estima. No me extraña, creo que en dos días he aprendido más que en un mes con el anterior profesor que tenía en cuarto curso. La sexta napolitana...que antaño me parecía de lo más difícil, casi creo que hoy, después de cómo lo ha explicado el profesor, podría ser materia de rudimentos de armonía, que se suele dar en cuarto curso de grado elemental. Un verdadero prodigio de la pedagogía, si señor.
También me ha hablado del famoso libro para dejar de fumar y creo que me esta convenciendo, porque mi cuñada dejó de fumar con ese libro el año pasado, y ella lleva ya dos meses sin fumar. Una semana antes de mi próximo cumpleaños, lo leere, porque parece un milagro lo que hace ese libro con las personas fumadoras. Da resultado porque lo he visto con mis propios ojos y eso me da esperanzas de saber que parece ser que no hace falta sufrir demasiado con una adecuada mentalización.
El otro día, mi amada se cayó al suelo al tropezar y se hizo daño. Te deseo una pronta recuperación, preciosa mía, que esto de ver a una pianista rodando por el suelo no es que sea muy agradable de ver o de pensar(tampoco de los demás mortales, todo hay que decirlo, no desprecio a nadie, eh?). Pobrecita mía. Un abrazo, bella.
Pues nada, el día acabó con una llamada en plena clase de la madre de mi primera novia (que tocaba la viola) que en paz descanse. Le dije que me llamara a las 21.30 horas pero no lo hizo. Así que, ya llamara si quiere entrevista ya que su hija escribió un diario que hemos de analizar al cabo de dos años de su desaparción. Una lástima.
Y ahora, con un sueño que me caigo, me despido alegremente por albergar la esperanza de que el día de mañana me depare buenas noticias respecto a mi situación laboral. También tener a una amada como la que tengo me hace sentir feliz día a día, así que, no sé por qué algunas veces me entristezco en demasía... nunca más ocurrira, porque siempre que la tristeza quiera invadirme, le ganaré el terreno poniendo mi corazón, henchido de amor por mi mujer, como barrera arquitectónica infranqueable de lo obscuro. Solo albergare la luz del Amor y la Música...
Y un poco de foie para alegrar la velada amorosa y musical.