Hogar dulce Hogar

Ayer fue un día atestado de hechos, situaciones...entrevistas y más entrevistas. Espero que mañana sea ya la definitiva para entrar a trabajar ya en la panadería y ser más bollera que nunca.
Por la mañana asistí a la entrevista de la panadería y a la de la INEM...como siempre...te preguntan de todo, pero estuvieron muy majas las mujeres que me hicieron las mil y una preguntas.
Después quedé con mi madre para ir al Corte Inglés de la ciudad de residencia de mi amada y por primera vez, mi madre tuvo la oportunidad de ver la casa de mi amada y las de sus padres (ya que son dos casa unidas)... le gustó ambas casas, quedó encantadísima por tanto espacio y antigüedades (en casa de sus padres) y de lo práctico y cómodo de su casa..y sus pianos. Le encantó el piano de cola y sus pianos verticales repartidos por las casas.
No le gustó nada de lo que había en el CI pero luego, a la vuelta, después de despedir, no sin pena, a mi amada, encontró ropa bonita en algunas tiendas y se quedó a comprar. Yo me fui al conservatorio a empezar el primer día de clase. La verdad es que ir de compras no es algo que me agrade en demsasía. A mi amada parce gustarle mucho. Cosas de mujeres :).
He estado pensando estos días en la ilusión que me haría ir a vivir con ella, cuanto antes mejor. Aunque he de tener paciencia. Algo difícil de conseguir cuando sólo nos podemos ver un día a la semana. Pero intento sobrellevarlo como puedo.
Me hace gracia el pensar cómo decoraría esta habitación o esta sala...imaginando un habitáculo ideal para nuestra conviviencia.
Me gustó mucho cuando hablábamos de nuestras tareas a desarrollar en el nuevo nidito de amor: Ella lava y planchamos a turnos...yo decoro y arreglo desperfectos..yo cocino y ella limpia. Vamos, todo estudiadísimo. Sólo de pensarlo tiemblo de emoción.
La primera clase de armonía me gustó mucho. El profesor que tuvimos el año pasado ya no esta en el conservatorio porque hacía una substitución y ahora tenemos a un profesor mayor que él, que tiene una sensibilidad magnífica para tocar el piano y s ele nota que es un alma tranquila y en paz consigo misma. El otro era un estresado que enseñaba muy bien, pero perdíamos media clase hablando de tonterías y siempre se ponía flores por haber estudiado esto o lo otro o por ser profesor de la ESMUC (Escuela Superior de Música de Catalunya) de pedagogía musical a sus 30 años. Y cuando tocaba el piano me perforaba el tímpano, porque era muy basto, la verdad. Aunque muy majo y buen profesor, prefiero la tranquilidad de este nuevo profesor de mediana edad y con la niñez ya abandonada. Toca el piano con una dulzura que embriaga.
Ayer se me fue la cabeza de una manera sublime (por no decir que rocé el ridículo). Menudo primer día d conservatorio. Me equivoqué de clase y me metí en Historia de la Música II (la que se hace en 6º de Grado Medio)...y noté que no cuadraba que hubiera empezado antes y que yo llegara tarde. Irrumpí en medio de la clase. Luego una compañera me saludo, me senté a su lado en silencio y le escribí en una hoja que había "un 99% de posibilidades de haberme equivocado de clase"... ella rió y en un momento en que el profesor acababa una de sus explicaciones, dije : "perdón, creo que me he equivocado de clase" y la gente empezóa reír y me fuí yo también riendo pero con un sentimiento de ridículo que sólo pensaba en que la tierra me tragara. El profesor me dijo "era rara que estuvieras aquí, porque no te tengo en la lista"...esto fue lo que colmó el vaso, puesto que yo nunca he tenido a ese profesor y sin embargo sabe cómo me llamo. Por lo que deduzco, estamos más controlodados de lo que parece.
Bueno...una vez acabada la eterna clase (dura 3 horitas de nada) me fui corriendo a casa, pero no tenía el libro de L'Ombra del Vent (La sombra del viento) que me regaló mi amada y me aburrí bastante en el tren. Pero pude reflexionar sobre cómo cambiaría de palabras el tema de la Fonomenología en la percepción musical que sale en las opos de música de secuandaria. Y lo que hice no fue escribir, si no que sólo lo pensé, ordenadamente, como si lo escribiera en mi mente. Así suelo prepararme antes de abordar un tema peliagudo por su dificultad a la hora de hacerlo entender a mi amada, ya que para ello hemos de abstraer muchísimo y hay que ofrecer mil ejemplos para que esa abstracción se lleve a cabo. Bueno... llegué a mi casa, cené y caí en redondo en la cama. No pude ni escribir el post que ayer pertocaba para el blog, pero bueno, creo hoy he escrito por los dos días.
Ya mañana es jueves, y creo que, efectivamente, se da de nuevo el bello caso de que al ver sólo un día a mi amada, las semanas se me pasan volando. Ya mismo podre volver a besarla, acariciarla y sentir su calor y sus dedos entrelazados en los míos. Y su mano en mi cabeza y acariciándome el pelo y la espalda. Sólo de pensarlo tiemblo de emoción. Creo que este fin de semana sería perfecto asistir a algo con lo que ella disfruta mucho. Las películas de terror. Habra que mirar carteleras y volver a cagarse las patas a bajo por la noche. Me aferraré mucho a ella, porque tengo demasiada imaginación y me muero de miedo, la verdad sea dicha. También iremos a andar y ver cosas...espero que algún museo de su ciudad. Y que no llueva como el fin de semana pasado porque acabamos como sopas las dos y no sé ni cómo no me he resfriado, aunque algo cargada sí estoy.
Así pues, prepárate, amada mía, para sentirte encadenada entre mis brazos durante las largas horas del viernes y sábado. Esta vez, no correra el aire. :)
Te amo, bella.