En busca del fuego

Este fin de semana ha sido de lo más trepidante. Mi amada y yo quedamos el viernes y hasta el sábado a las 10 de la mañana no nos fuimos a dormir. Qué les voy a decir? que quisimos adelantar la celbración de nuestro onceavo mes unidas y aquello no parecía acabar nunca.Estuve realmente bien, aunque ella tuvo la mala suerte de encontrar a su ex en el mismo local donde estuvimos hasta altas horas de la madrugada. Y eso que mi amada hacía años,muchos años que no iba a ese local y que con su ex jamás había ido. Qué cosas tiene el azar.
La cena fue del todo romántica, con cava incluído.
Aún sigo pensando que parece como si la hubiera conocido ayer. Me encanta su conversación. Nunca se nos acaba.Comunicación plena en todos los sentidos. Siempre hay algo de qué hablar.

El sábado, milagrosamente, nos levantamos a las 14.00h. es decir, que dormimos 4 horas cada una. Cuando me levanté, un rato después de que mi amada se levantara, me dispuse a encender el fuego en la chimenea. Mi amada preparó dos grandes troncos para tener brasas suficientes para cocinar. Entre las resacas que cada una teníamos encima y la errada disposición de la leña la cosa se fue alargando.Después de gastar unas ¡300 hojas de papel! (lo siento de veras) ella llamó a su madre porque no había manera de encender el fuego. Después de unos sabiso consejos pudimos, por fin, comer. El problema es que comimos a las 20.00h!. Mi amada, muy ingeniosamente dijo: Somos de ciudad, y creo que si fuéramos primitivas, nunca hubiéramos sido personajes de En busca del fuego. Tal fue mi risa que almenos la comida transcurrió alegre, divertida. Y comimos bien.
Cenamos a las 00.00h. y nos fuimos a dormir. Caímos en la cama mejor que los troncos en la chimenea. Despertamos a la mañana siguiente habiendo dormido toda la noche sin interrupción (menos unos segundos en los que ambas, sin decirnos nada, si no que lo supimos al día siguiente, escuchamos como caía una inmensa tromba de agua).
Domingo, a trabajar. 5 horas de tienda, de gente hambrienta en un día que nunca fue día, pues el cielo estaba tan nublado que todo el día fue de noche, y la noche, más noche aún. A las 18h. quedamos en mi casa y vimos el DVD de Viva Vivaldi y lo disfrutamos mucho. La verdad es que Cecilia Bartoli hace lo que quiere con su voz.Reitero que es un DVD que no hay que perderse. Después fuimos a cenar en el bar de abajo e hicimos la lista de la compra para los días de vacaciones de Navidad (no hay nada como estar con una profe para pasarse todo el fin de semana haciendo programaciones... al final a una le coge el gustillo a esto de programar con dos meses de antelación si es necesario). A las 21.30h. ella se fue a su casa. Muy apenadas las dos pensando en que hasta el sábado que viene no nos podremos ver. Aunque con la alegría de pensar que el sábado que viene veremos a Paul Badura-Skoda tocando una integral de Mozart.


No supimos encender el fuego de una chimenea hasta al cabo de 6 horas...

Pero el fuego de nuestro amor difícilmente podra apagarse jamás.