Dolor de muelas

Tan felices estábamos viendo la película Transamérica y en los 5 minutos finales me dió un viaje la muela del juicio que me queda por sacar que hoy he tomado la determinación de ir al dentista para que me la extraigan, antes de pasar a males mayores, pues por experiencia no me falta.
Me saltaban las lágrimas y lloraba, literalmente, de dolor. Quién haya pasado un dolor de muelas del juicio lo sabe de sobras.
La película estuvo bien. Es de esas típicas películas que quedan perfectas para una sobremesa familiar. Esa es la resonancia que tiene. Una película dulce, sosegada, amable, con algún golpe de humor que desata ciertas sonrisas. Perfecta para un atracón de palomitas dulces. Lástima de mi muela.
Esto fue el viernes, cuando quedé con mi amada. No tuve ensayo y surgió el ir al cine. Estuvimos solas en la sala. Eso me encantó. Todo el cine para nosotras solitas. Qué bien me sentí. Lástima de la muela.
Fuimos corriendo después de la película, a un CAP de mi ciudad que abren las 24 horas del día. Me pusieron una inyección de Nolotil con medio Diazepán para dormir tranquila, pues ese dolor hace que estés en tensión contínua, como a la espera de la siguiente punzada. Dormí como los ángeles, pues nunca había tomado ningún tranquilizante para dormir y jamás lo haría a no ser que se dieran casos como este. Cuando me pasó lo de la operación de la pierna también me dieron aquellos botecitos intravenosos que me daban una risa y luego un sueñecito más rico...

Al día siguiente pude quedar con mi amada, y entre otras cosas, escribí el anterior post. Por la mañana fuimos a comer a un restaurante gallego que me encanta y por la noche a un chino nuevo que sabe diferente, por fin. A lo largo del día estuvimos en casa descansando, haciendo el amor y mi amada me dió unos masajes en una tensión que tengo en la espalda que, de la pasión con que lo hizo, hoy tengo una herida...como si me hubiera empujado la piel fuera de lugar. Hay que tener cuidado con la fuerza de las manos de una pianista, porque si le dices fuerte...te destrozan viva...y si les dices flojo...ni se las nota. Cuanta sensibilidad. Ella me dijo que me gustaba que me diera fuerte, aunque le dije que no tanto, pero ella insistió. Cuanto amor, par Dieu!:)
Ahora, si me toco ahí, en la tensión, me escuece, porque tengo erosionada la piel. Qué bastedad.
Esta tarde, después de dormir la siesta, iré a la clínica a que me den hora para extraerme la muela del juicio. Así me olvidare ya para siempre de ese peligro que es tener una muela en malas condiciones y que en cualquier momento puede ponerse rabiosa y hacerme llorar.

Echo mucho de menos a mi amada. Ayer estuvimos probando la Sonata para flauta y clave obligado en Sol menor de Quantz. Hay un movimiento que tiene unos pasajes clavados al último movimiento del famoso concierto para oboe de Benedetto Marcello. Es muy bonita. Ojalá la tengamos preparada para tocar a sus padres.

El viernes, mi amada me hizo un precioso regalo. Un libro titulado Nannerl, la hermana de Mozart que es un diario de ella. Tengo muchas ganas de empezar a leerlo. Mañana mismo empiezo. Es un nuevo libro que ha surgido con el 250 aniversario de Mozart. Esta bien que haya salido un libro que hable de su hermana ya que ella también fue una niña prodigio, luego fue profesora de música del conservatorio de Salzburgo y una gran musicóloga y compositora, de cuyas obras es muy problable que quedaran a nombre de su hermano. Es lo que ocurre con las mujeres, siempre han de estar a la sombra de los hombres. Aunque esto va a acabar pronto, muy pronto.

Ahora ire a dormir, a soñar una horita con mi amada. Y después de venir del dentista me pondré a seguir con la composición de la asignatura de armonía. Esta semana va a ser exáctamente igual que la anterior: horas y más horas de estudio, porque lo estoy notando, noto que mejoro día a día y este final de curso voy a arrasar. Y mi amada me esta ayudando muchísimo, porque ayer, sin comerlo ni beberlo, estudiamos lo que tengo de cámara. Además de disfrutar, me ayuda mucho a adelanatr estudios. Espero que no tenga ningún problema a la hora de hacer el exámen de cámara, porque tocaremos cada domingo mucho, mucho, y sera genial. así, el domingo, en realidad, se convierte en un día de estudio (posterior a una preciosa sesión amorosa) y entonces puedo dedicar la semana a las otras asignaturas con la ventaja que eso conlleva. Gracias, amor mío.
Me encanta cómo toca el piano. Le sale pluma y me hace gracia. La misma pluma que saca cuando conduce. Le queda con una clase sacar esa pluma masculina!. Porque ofrece una masculinidad muy fina, elegante, dentro de una feminidad extrema...es única.

Y de perfil, con esa cabeza gorda, esa mirada de concentración, esa suficiencia revosante de humildad...sus dedos se deslizan con la fuerza y la extrema sensibilidad de una mujer que ha acariciado el cielo de la belleza, lo ha saboreado y lo ha vislumbrado en su totalidad...desde su tierna infancia hasta su cándida madurez que tanto excita mis sentidos...

Un día me gustaría hacerle una foto así, tocando el piano, de perfil... y hacerla en blanco y negro, de tal manera que sólo se adivine su silueta... y poder pintarla al carbón. Un sueño plasmado en un lienzo.

Me voy a dormir. Te soñaré en pleno día, amada mía.