Primer día en soledad

Pero cuán acompañada me he sentido.
He ido a trabajar como siempre. Hoy ha hecho mucho calor aunque, a última hora, ha pasado una nube y me ha librado del sol directo. ha sido un verdadero bálsamo.
He hecho de maruja: cuando he salido de trabajar he ido al supermercado a comprar cosas que me hacían falta, y cuando he llegado a casa he puesto una lavadora, he comido, he fregado los platos y he tendido la ropa.
Me he echado una siesta muy rica pero me la ha cortado alguien que se ha equivocado al llamar por teléfono.
Y nada... aquí estoy, aún viva. Pensando en dejar de fumar de manera rotunda.
Otro día más, rutinario, pero con la motivación de alcanzar una nueva meta. Dejar de fumar.
Amada mía: vas a conocer a un Sibemol nuevo, más afinado, más barroco, más quintado, más enharmónico con la Verdad, más cristalino, porque no sonará ni cacofónico ni desafinado por las noches al respirar.
Te amo.