Cuando el sol cae
Siempre se lleva a alguien.
Mi amigo al cual fui a visitar a la sieera andaluza vino a verme a Barcelona. Citó al sol con las palabras que, poco después, acontecen esculpidas en la pesada e imponente losa como única, necesaria y óptima ubicación en mi alma.
Quiza surgió de manera inconsciente al referirse a ese todo vital. Pero, casualmente o no, dieron sentido a lo que, en no más de dos horas después, se manifestara en claro ejemplo vital de monumental verdad.
Cuando el sol cae, siempre se lleva a alguien.
Así fue. Esta misma tarde, al caer el sol, recibí una llamada:
El sol se llevó a mi abuelo.
Se quedó dormido... para siempre.
Descansa en paz.
Siempre te recordaré.
Mi amigo al cual fui a visitar a la sieera andaluza vino a verme a Barcelona. Citó al sol con las palabras que, poco después, acontecen esculpidas en la pesada e imponente losa como única, necesaria y óptima ubicación en mi alma.
Quiza surgió de manera inconsciente al referirse a ese todo vital. Pero, casualmente o no, dieron sentido a lo que, en no más de dos horas después, se manifestara en claro ejemplo vital de monumental verdad.
Cuando el sol cae, siempre se lleva a alguien.
Así fue. Esta misma tarde, al caer el sol, recibí una llamada:
El sol se llevó a mi abuelo.
Se quedó dormido... para siempre.
Descansa en paz.
Siempre te recordaré.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home