Bingo!

Desde el jueves que no escribo blog. Esto se debe a que el viernes pasado no tuve ensayo y entonces llamé a mi amada y quedamos para estar juntas un rato. Cenamos y estuvimos hablando mucho rato. Fue una tarde improvisada que estuvo muy bien. Llegamos tarde a casa y como al día siguiente habíamos quedado por la mañana y estábamos muy cansadas de toda la semana, nos fuimos a dormir diréctamente.
A la mañana siguiente fuimos a una gran superficie para hacer las compras del mes. Le gustó a mi amada haber venido a este centro porque resultó que la compra le salió más barata que en el que suele ir ella. Supongo que ahora querrá venir aquí cada vez que quiera comprar. Me lo paso en grande comprando así.Eso sí, siempre obedeciendo fielmente a la lista, no en plan compulsivo. Es lo que recomiendo a los/as compradores/as en estas fechas que tan dadas son a la compulsividad en la compra y que tantos disgustos da a posteriori.
Dejamos la compra en casa y fuimos a comer a un lugar nuevo que nos encantó. El menú, baratísimo, tenía muchos platos a escoger y estan especializados en embutidos y carnes ibéricas. No existen, hoy día, muchos restaurantes tan baratos y de tan buena calidad. Ella comió, de primero, unos espárragos blancos (gordísimos y buenísimos) con ensalada y de segundo un surtido de quesos y patés que estaban deliciosos. Yo, de primero, comí un surtido de verduras a la parrilla con salsa romesco y de segundo un bistec de lomo ibérico con patata al horno. Todo bañado con un Rioja negro de la casa que no estaba nada mal (quién pone una botella de vino entera de Rioja en un menú que no llega a los 10€!). Además, según nos dijo el camarero, se podía escoger entre ese o un rosado de Navarra (que salen bunísimos) o un blanco de Galicia. Genial. El próximo día probaremos el rosado y al siguiente al blanco. Un recorrido por todos los colores.
Por la tarde hicimos algo inusitado. A mi amada le dió por poner un karaoke con canciones modernas y no tan modernas y realmente lo pasamos bien. Toda la tarde cantando en plan desfase total. Muy divertido.
Por la noche fuimos a cenar a un hotel que tiene fama de muy buena calidad. No nos defraudó en absoluto, aunque teníamos ganas de tapear y la verdad es que todo estaba genial. Desde los bocaditos de mar, las patatas bravas, el bikini hasta los buñuelos de bacalao, estaban perfectamente cocinados, sin quedar nada aceitosos. Por fin alguien sabe cocinar frituras cerdas y ricas.
Después fuimos al bingo. Cosa rara en nosotras. Decidimos probar y al cabo de una hora o así cantamos un bingo y nos sacamos una buena tajada que nos dejó contentas toda la noche.
Ayer domingo, estábamos tan cansadas que, cuando mi madre se fue de casa, nos quedamos dormidas en mi cama y no pudimos ensayar las obras que tenemos pendientes.Eso sí, ahora hemos quedado, en serio, de que los domingos estén destinados única y exclusívamente a ensayar las sonatas para flauta y piano que tenemos en curso. Después cenamos con los bocadillos y ensalada que trajo mi amada del V. (estan buenísimos!). Y ahora, otra vez a empezar.Otra vez lunes. Otra vez niños asquerosos que me han dado una mañana de perros (no sé qué les pasaba hoy que estaban tan pesados...quizás es porque la semana que viene hay un puente muy largo y tienen ganas de vacaciones, aunque yo, la verdad, como en los días festivos también tarbajo, pues como que me da igual, lo único bueno es que es dinero extra). Y ahora, a descansar un poquito a la tarde porque luego me levantare, estudiaré flauta, cenare y me ire al coro. Y sera un no parar hasta laas 00.00h de esta noche.
Aún así, ya hemos pasado casi el lunes y ya estamos casi a martes. Y vuelve a faltar menos para ver a mi amada.
El fin de semana que viene hemos pensado de ir al Quinto (una especie de lotería tradicional de algunas ciudades y poblaciones de nuestro entorno y, especialmente de la ciudad de mi amada) a ver si tenemos tanta suerte como tuvimos la semana pasada en el bingo. Eso sí, nada de ir cada fin de semana, que no somos ludópatas.
Aunque es sin igual la emoción esa de que sólo te quede un número para rellenar el boleto, lo tires al suelo boca abajo y ver en el monitor que sale tu número y con el corazón a cien por horar gritar:
BINGO!
Y que encima te pongan un trofeo además de soltarte una pasta.

Amada mía, este fin de semana seguro que gritaremos:
QUINTO!

(Y espero que no nos pongan una caja de quintos como premio, precisamente)