La pianista

Los viernes hemos decidido quedar, lo compañeros del trabajo, para comer en distintos lugares fuera del comedor y el tupper.
El otro día decidimos quedar en un chino de self service que esta genial. Acabamos esparcidos en dos grupos de 3 personas porque una parte del grupo salió antes y, por lo visto, se equivocó de chino. Nosotras, las otras 3 personas que quedamos, nos equivocamos y nos metimos en una marisquería justo al lado del chino pensando que era el chino.
Como nos vino un chico chino a buscarnos sitio, pensamos que estábamos en él. Pero, de repente, escucho un piano. Y voy hacia ese sonido. Veo a una chica tocando un piano de cola y... me prendo de ella. La miro, me mira. Sonríe. Sonrío.
Voy a volver a ese lugar. La quiero volver a ver. Es...
Seguro que el viernes que viene vuelve a estar allí tocando. Parece el libro que siempre he querido escribir. Una pianista en un restaurante que se enamora de una de las clientes que sólo va allí para verla.
Tocaba piezas de todo tipo. Desde boleros hasta Chopin. Con un gusto!

No pude dejar de fotografiarla.


El fin de semana ha sido encantador, pero corto. Al final no pude ver a mis amigas porque no quedaron. Pero ya es seguro que el sábado que viene las veo.
Me presentaran a una chica que entiende y que es guardia urbana y estudia empresariales. Qué maravilla. Dicen que es preciosa.

Qué divertido es poder mirar, comparar y, si encuentra algo mejor, lígueselo.


Quiza vaya mañana a ese restaurante a mirar si esa mujer toca cada día allí. Ojalá sea lesbiana. La miraré cada día.


Viva la aventura.


Saludos.